Disoluciones
Una disolución es una
mezcla homogénea de un soluto (sustancia
disuelta) distribuido uniformemente en un disolvente (sustancia
que disuelve). Las disoluciones pueden existir en cualquiera de los tres
estados de la materia: gas, sólido o líquido. El aire es el más común de las
disoluciones gaseosas, es una mezcla de nitrógeno, oxígeno y otros
componentes menores. Muchas aleaciones metálicas son disoluciones
sólidas. Ejemplos son el latón (Cu + Zn) y el bronce (Cu + Zn + Sn). Las
disoluciones líquidas son quizá las más familiares, especialmente las que
tienen agua como disolvente. Las disoluciones acuosas son las más importantes
para nuestros propósitos químicos.
Terminología de
las Disoluciones
Se suelen utilizar diferentes
adjetivos para indicar cantidades relativas de soluto y disolventes empleados
en una disolución. Se suele describir una disolución que contiene una pequeña
cantidad de soluto como "diluida". En algunos casos, estos términos
han tomado tradicionalmente un significado cualitativo. Las disoluciones de
algunos reactivos de los más usados se señalan con etiquetas en las que se
indica concentrado o diluido para indicar los valores de las concentraciones
que poseen.
Las concentraciones relativas de las
disoluciones se expresan frecuentemente con los términos de
"saturada", "no saturada" y
"sobresaturada".
Una disolución saturada es aquella
que está en equilibrio con el soluto no disuelto.
Una disolución no saturada
contiene menor concentración de soluto que la disolución no saturada; no está
en equilibrio. Si se añade más soluto, éste se disuelve, y la disolución estará
más próxima a la saturación.
Una disolución sobresaturada contiene
más soluto que el que le corresponde a la concentración de equilibrio. Es muy
inestable en presencia de un pequeño exceso de soluto.
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